miércoles, 17 de diciembre de 2008

Peso de las mochilas


El uso adecuado de la mochila es
fundamental para la salud del niño

















CECU aporta algunos consejos para utilizar adecuadamente
las mochilas y evitar así dolores y problemas de espalda para
los niños.


Mucho se ha hablado respecto de los posibles daños que puede causar el uso habitual de las mochilas. Al respecto, un equipo de expertos del Hospital Ramón y Cajal de Madrid ya aseguró que el uso adecuado de las mochilas no provoca desviaciones ni aumento de la curvatura de la columna, mientras que el Colegio de Médicos de España indica que cargarlas de forma excesiva es la principal causa de que la mitad de los niños y casi siete de cada diez niñas de entre 10 y 15 años tengan dolores de espalda.
Por otra parte, contrariamente a lo que pueda parecer, las cada vez más populares mochilas con ruedas que se arrastran mediante un asa extensible resultan mucho menos manejables, pudiendo forzar la muñeca y provocar lesiones también en la espalda ya que cuentan sólo con un punto de anclaje frente a las dos bandas de sujeción de las mochilas que se fijan sobre los hombros.
La carga que puede tolerar un niño en la espalda varía según su edad y estado físico, sin embargo, lo ideal sería que la misma no superase el equivalente al 10% ó 15% del peso del niño. Así, multiplicando el peso del niño por 10 o por 15 y dividiéndolo por 100 se obtiene el peso máximo que resulta aceptable para que cargue a la espalda.
Por tanto, para un uso adecuado de la mochila, hay que tener presentes estas cuestiones:
· Es conveniente repartir la carga y colocar lo más pesado y voluminoso cerca de la columna, aligerando el peso hacia afuera.
· Siempre se debe usar la mochila con ambos tirantes, afirmada en los dos hombros y sin cargarla en exceso. Son preferibles los modelos de espalda frente a los de tipo carrito.
A· Elija un tamaño adecuado, con una capacidad ajustada a las necesidades diarias de carga. Si es demasiado grande se tiende a sobrecargarla.
· Procure que el niño lleve diariamente la carga estrictamente indispensable. Si el centro dispone de casilleros puede ser interesante contar con uno para evitar el transporte innecesario de libros y cuadernos.
· Es necesario orientar a los niños en la técnica adecuada para levantar la mochila doblando las rodillas y haciendo la fuerza con las piernas.
Si todavía no ha comprado la mochila, antes de adquirirla debe saber que:
1. Lo recomendable es el uso de aquellas que tienen regulación de tirantes, mejor si son acolchados y con un ancho mínimo de cuatro centímetros. La presencia adicional de un sistema que permita fijar su parte baja a la cintura, impedirá las oscilaciones.
2. El respaldo acolchado es preferible por su mejor adaptación a la espalda.
3. Debe tener presente para la compra el alto de espalda del niño: mida entre la base del cuello y 5 cm. sobre la cintura. Ése será, como referente, el alto máximo ideal de la mochila que adquiera.
4. Las telas sean resistentes, moldeables e impermeables para que ofrezcan mayor resistencia al desgarro (por ejemplo, 100% nylon o 100% poliéster, con costuras reforzadas).
5. La mochila que tiene bolsillos organizadores interiores y/o exteriores permite tener a mano los elementos de uso más común (documentación, abonos de transporte…).
La mochila ideal es, en resumen, aquella que descansa y se adapta a la curva que forman las vértebras dorsales, cuidando que su parte baja quede unos cinco centímetros por encima de la cintura. El tamaño de la mochila se tiene que adecuar a la edad y talla del niño, ya que una mochila excesivamente grande puede ocasionar que el peso involucre a la zona lumbar, mucho más sensible que la dorsal.

Cristina Molino, Jorge Gómez e Inés González


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